En el mun­do de la moda, Jen­ni­fer Cham­ba­ret siem­pre ha sen­ti­do pasión por el dise­ño y el arte de la crea­ción. Des­de sus ini­cios en las artes apli­ca­das en la escue­la has­ta sus estu­dios avan­za­dos en dise­ño de ves­tua­rio y dise­ño de moda, la tra­yec­to­ria de Jen­ni­fer ha esta­do mar­ca­da por una bús­que­da ince­san­te de la exce­len­cia y la inno­va­ción. Ins­pi­ra­da por dise­ña­do­res emble­má­ti­cos como Ale­xan­der McQueen e Iris van Her­pen, se ha hecho un hue­co con su mez­cla úni­ca de ele­gan­cia, como­di­dad y sos­te­ni­bi­li­dad. En la actua­li­dad, la mar­ca de Jen­ni­fer Cham­ba­ret es un tes­ti­mo­nio de su dedi­ca­ción a la crea­ción de pie­zas atem­po­ra­les y escul­tu­ra­les que resue­nan con la sen­si­bi­li­dad moder­na.
Jen­ni­fer nos con­fía su tra­yec­to­ria, su mar­ca y su for­ma de crear.

¿Podría describir su trayectoria profesional y explicar qué le motivó a crear su propia marca de moda?

JC: Siem­pre me ha gus­ta­do dibu­jar, ima­gi­nar obje­tos y obser­var. Así que cur­sé el bachi­lle­ra­to en artes apli­ca­das. Cono­cí la pro­fe­sión al ins­cri­bir­me en un pro­gra­ma de Diplo­ma de Ofi­cios Artís­ti­cos ‑espe­cia­li­za­do en dise­ño de vestuario‑, des­pués del bachi­lle­ra­to. Me atraía la idea de crear obje­tos y tra­ba­jar con cuer­pos en movi­mien­to, y el dise­ño de ves­tua­rio me pare­ció un buen camino.
En aquel momen­to, la ropa se con­vir­tió en un ver­da­de­ro encuen­tro para mí. Me di cuen­ta de que la ropa, como obje­to que rodea al cuer­po, es un obje­to muy com­ple­jo y bello, y que pue­de con­ver­tir­se en una obra de arte en sí mis­ma. Esto me lle­vó a la moda. Des­cu­brí el tra­ba­jo de Ale­xan­der McQueen, Iris van Her­pen… Y un poco más tar­de, Made­lei­ne Vion­net, Azze­di­ne Alaïa, Yoh­ji Yama­mo­to.

Con­ti­nué mi for­ma­ción incor­po­rán­do­me a la Ensad, en el sec­tor de Dise­ño de Moda. Pro­yec­to tras pro­yec­to, mi tra­ba­jo se fue per­fec­cio­nan­do. Inclu­so diría que prue­ba tras prue­ba, dis­fru­ta­ba vien­do a la gen­te sen­tir­se bien lle­van­do mis pie­zas. Esto me guió poco a poco hacia el deseo que ten­go hoy de acom­pa­ñar a las per­so­nas vis­tién­do­las en su vida coti­dia­na. De pie­zas escul­tó­ri­cas, pasé poco a poco a dise­ños de resi­duo cero, lue­go a cor­tes de una sola pie­za, tallas ajus­ta­bles, uni­sex… He expe­ri­men­ta­do mucho y sigo hacién­do­lo. ¡La bús­que­da del volu­men es inago­ta­ble! Y eso es lo que más me gus­ta en la vida. Mis expe­rien­cias pro­fe­sio­na­les en el estu­dio de Iris van Her­pen y en el de Yiqing Yin fue­ron ins­pi­ra­do­ras y for­ma­ti­vas. Me die­ron el deseo de empren­der y crear mi pro­pia mar­ca.

¿Cómo definir ¿Su estilo creativo?

JC: El ADN de Cham­ba­ret es ante todo la aso­cia­ción de ele­gan­cia y con­fort.
Una silue­ta amplia y flui­da, pie­zas atem­po­ra­les, sen­sua­li­dad dis­cre­ta. Mate­ria­les natu­ra­les de muy alta cali­dad.
Y si sólo hubie­ra que recor­dar una cosa: gran com­ple­ji­dad en el cor­te y en los deta­lles. Ese es mi motor de crea­ción.

¿Podría hablarnos del proceso de fabricación de sus piezas?

JC: Todo se hace en mi taller de Mon­treuil. Des­de el dise­ño has­ta la pro­duc­ción. Ten­go un per­fil bas­tan­te com­ple­to: Soy dise­ña­do­ra de for­ma­ción y ense­ño patro­na­je en una escue­la de moda des­de hace seis años. Esta doble fun­ción me per­mi­te ges­tio­nar todas las eta­pas del desa­rro­llo de una colec­ción, des­de la idea has­ta la crea­ción de pro­to­ti­pos y la pro­duc­ción. Al cono­cer a otros jefes de pro­yec­to, me di cuen­ta de la suer­te que ten­go de tener este tra­ba­jo en mis manos. Así que apues­to por ello.
Ade­más, me ins­pi­ra mucho el acto de crear. Estar en con­tac­to con la arte­sa­nía cons­tan­te­men­te me per­mi­te mejo­rar mis dise­ños, ampliar aún más los lími­tes en el desa­rro­llo.

¿Cuáles son los compromisos y valores que guían su marca?

JC: Me abas­tez­co prin­ci­pal­men­te de deads­tock (teji­dos al final de la bobi­na pro­ce­den­tes de la sobre­pro­duc­ción). Esto me per­mi­te tra­ba­jar con mate­ria­les de una cali­dad excep­cio­nal sin dejar de ser acce­si­ble. Paso mucho tiem­po miran­do telas y encon­tran­do joyas. Es una fase de ins­pi­ra­ción muy esti­mu­lan­te para mí. Al igual que un cera­mis­ta tra­ba­ja con dife­ren­tes arci­llas, yo estoy muy en con­tac­to con mis mate­ria­les de tra­ba­jo: las telas. Son ellas las que esti­mu­lan mis volú­me­nes.
Le doy espe­cial impor­tan­cia a la trans­mi­sión. Ade­más, soy pro­fe­so­ra en una escue­la de moda y reci­bo regu­lar­men­te a estu­dian­tes en prác­ti­cas en mi taller. Me gus­ta com­par­tir con ellos lo que des­cu­bro sobre la aven­tu­ra empre­sa­rial, y nues­tros deba­tes son siem­pre esti­mu­lan­tes para mí. Es una opor­tu­ni­dad poder com­par­tir así tu pasión.

En Conclusión

La tra­yec­to­ria de Jen­ni­fer Cham­ba­ret en el mun­do de la moda es una nota­ble mez­cla de pasión, crea­ti­vi­dad y com­pro­mi­so con la sos­te­ni­bi­li­dad. Sus dise­ños, carac­te­ri­za­dos por sus silue­tas flui­das y su meticu­losa arte­sa­nía, refle­jan una pro­fun­da com­pren­sión de la for­ma y la fun­ción. Al abas­te­cer­se de teji­dos usa­dos de alta cali­dad y man­te­ner un enfo­que prác­ti­co en su taller de Mon­treuil, Jen­ni­fer no sólo crea pren­das her­mo­sas, sino que tam­bién defien­de prác­ti­cas eco­ló­gi­cas. Su tra­ba­jo sigue ins­pi­ran­do e inno­van­do, lo que la con­vier­te en una fuer­za sig­ni­fi­ca­ti­va en el pano­ra­ma de la moda con­tem­po­rá­nea.
Des­cu­bra otras mar­cas y dise­ña­do­res de moda en nues­tra pági­na dedi­ca­da.