¿Moda sostenible en la Unión Soviética? Una perspectiva histórica

Obra de Arte Moda Sostenible en la Unión Soviética Paradigme Mode

La moda ha sido una par­te cons­tan­te de la vida huma­na y, en los últi­mos años, se ha abo­ga­do cada vez más por la moda sos­te­ni­ble para abor­dar los impac­tos ambien­ta­les de la indus­tria de la moda rápi­da. Sin embar­go, el con­cep­to de moda sos­te­ni­ble no es del todo nue­vo, como pode­mos ver en las prác­ti­cas de la Unión Sovié­ti­ca a media­dos del siglo XX. Aun­que la Unión Sovié­ti­ca inten­tó imple­men­tar un sis­te­ma de moda que erra­di­ca­ra la moda, la gen­te con­ti­nuó pro­du­cien­do ropa a mano en casa, reci­clan­do, y reuti­li­zan­do, dan­do como resul­ta­do un enfo­que al que pode­mos lla­mar de moda sos­te­ni­ble.

¿Producción en masa a mediados del siglo XX?

El ideal de la pro­duc­ción en masa era sen­ci­llo: los mejo­res dise­ña­do­res de moda de las casas de moda sovié­ti­cas crea­rían nue­vos dise­ños de pren­das, que se trans­fe­ri­rían a las fábri­cas de pro­duc­ción para abas­te­cer rápi­da­men­te a la URSS con ropa moder­na. La indus­tria lige­ra con­tro­la­da por el gobierno erra­di­ca­ría rápi­da­men­te las pren­das vie­jas y raí­das, y el ciu­da­dano sovié­ti­co se luci­ría per­ma­nen­te­men­te con ropa nue­va y de moda. El gobierno sovié­ti­co moni­to­rea­ría el esti­lo de los ciu­da­da­nos para que se vol­vie­ra más polí­ti­ca­men­te correc­to, pre­de­ci­ble, cer­cano a una per­fec­ción esté­ti­ca, ade­cua­da y con­ve­nien­te. Erra­di­ca­ría por com­ple­to el deseo por la moda más allá del Telón de Ace­ro. Sin embar­go, esto nun­ca lle­gó a ser.

¿Moda sostenible en la Unión Soviética?
Con­cep­to del ves­ti­do Pro­zo­dezh­da ves­ti­do, que nun­ca lle­gó a tener éxi­to

Al con­fron­tar la indus­tria de la moda de la Unión Sovié­ti­ca con el con­cep­to de simu­la­cro de Jean Bau­dri­llard, se podía ver un pare­ci­do obvio entre ellos.

Jean Bau­dri­llard afir­ma que la huma­ni­dad ha reem­pla­za­do toda la reali­dad con sím­bo­los y sig­nos, y que la expe­rien­cia huma­na es mera­men­te una simu­la­ción de la reali­dad. Esta afir­ma­ción sobre la que escri­bió su libro filo­só­fi­co Simu­la­cra y Simu­la­ción se acer­ca al con­cep­to de moda que la Unión Sovié­ti­ca pre­ten­día impul­sar.

La indus­tria de la moda pare­cía real des­de la dis­tan­cia, pero cuan­do se mira­ba de cer­ca, no era más que una extra­ña cons­truc­ción que reem­pla­za­ba la reali­dad con su repre­sen­ta­ción. Inten­ta­ron com­bi­nar las lla­ma­das Casas de Mode­los (ropa de dise­ña­dor para mos­trar la gran­de­za de la Unión Sovié­ti­ca) con la pro­duc­ción en masa, y ahí fue cuan­do no suce­dió. El patro­na­je y las espe­ci­fi­ca­cio­nes de muchas pie­zas no se adap­ta­ron lo sufi­cien­te para una pro­duc­ción ready-to-wear, y los muchos pro­ble­mas en el pro­ce­so hacían que la mejor ropa fue­ra estric­ta­men­te limi­ta­da, dan­do como resul­ta­do una situa­ción simi­lar a la de muchos otros paí­ses, con una éli­te que tenía acce­so a la mejor ropa y una mayo­ría con cero pren­das nue­vas, por lo que el comu­nis­mo no se esta­ba apli­can­do con efi­ca­cia.

Muchas per­so­nas abor­da­ron el tema de la bipo­la­ri­dad de la URSS en tra­ba­jos de inves­ti­ga­ción:

Los talle­res de cos­tu­ra (para el pue­blo) y las casas de mode­los eran dos uni­ver­sos para­le­los. Los mode­los debían enfa­ti­zar la gran­de­za de la Unión Sovié­ti­ca (aun­que enton­ces se la deno­mi­na­ba de otra mane­ra), pero no esta­ban hechos para el prêt-à-por­ter. A pesar de que ni el trans­por­te públi­co ni el pri­va­do eran ade­cua­dos para lle­gar a nin­gún lado con esas pren­das

La indus­tria de la moda y la pro­duc­ción en masa en una eco­no­mía pla­ni­fi­ca­da podrían ser esen­cial­men­te una idea utó­pi­ca, total­men­te impo­si­ble. Para una pro­duc­ción en masa y una ver­da­de­ra indus­tria de la moda, siem­pre se nece­si­ta liber­tad de elec­ción y crea­ti­vi­dad, siem­pre es la pie­za cla­ve.

El con­cep­to de moda en sí mis­mo no pue­de exis­tir y nun­ca exis­ti­rá en un régi­men tota­li­ta­rio, ya que expre­sa la indi­vi­dua­li­dad, el espí­ri­tu de la épo­ca y la liber­tad.

Sostenibilidad entonces y ahora

Si com­pa­ra­mos el con­cep­to de sus­ten­ta­bi­li­dad de hoy con el de enton­ces, vemos que el reci­cla­je era una nece­si­dad, no es algo que ense­ñar. La gen­te no reci­cla­ba por razo­nes eco­ló­gi­cas sino eco­nó­mi­cas. Esta com­pa­ra­ción se pue­de hacer con cual­quie­ra de los perío­dos de difi­cul­tad eco­nó­mi­ca o des­pués de la gue­rra de muchos otros paí­ses de Euro­pa tam­bién. Aun­que, dan ejem­plo de cómo refor­mu­lar nues­tra ropa para hacer algo nue­vo a par­tir de algo usa­do.

¿Moda sostenible en la Unión Soviética?
Máqui­na de coser Sin­ger de Kevin Yudhis­ti­ra Allo­ni

Es un buen ejer­ci­cio sen­tar­se, pen­sar y obser­var lo que podría­mos apren­der de las socie­da­des y los méto­dos del pasa­do. Solían ser un ideal de socie­dad zero was­te, con muchas ini­cia­ti­vas guber­na­men­ta­les para impul­sar el bri­co­la­je y el reci­cla­je para que los ciu­da­da­nos pue­dan hacer y pro­du­cir sus pren­das debi­do a las prác­ti­cas falli­das de pro­duc­ción en masa del pro­pio sis­te­ma. Cla­ra­men­te era una nece­si­dad, pero al menos se veía como algo posi­ti­vo, algo que tenía un cono­ci­mien­to impor­tan­te, algo para trans­mi­tir a las nue­vas gene­ra­cio­nes, como pasó con la máqui­na de coser Sin­ger.

Los ciu­da­da­nos podían hacer una pren­da nue­va a par­tir de dos o más usa­das, o de una com­bi­na­ción de lo que esta­ba dis­po­ni­ble. El gobierno sovié­ti­co apo­yó la sub­cul­tu­ra del hága­lo usted mis­mo orga­ni­zan­do tra­ba­jos espe­cia­les de cos­tu­ra y cons­truc­ción, cur­sos de for­ma­ción para adul­tos y empu­jan­do a las per­so­nas a seguir usan­do su ropa exis­ten­te.

En con­clu­sión, la indus­tria de la moda de la Unión Sovié­ti­ca pro­por­cio­na un estu­dio de caso fas­ci­nan­te de un inten­to de enfo­que utó­pi­co a la moda y la pro­duc­ción en masa que final­men­te se que­dó cor­ta. Sin embar­go, el inge­nio, la crea­ti­vi­dad y el com­pro­mi­so de la gen­te, inclu­so fren­te a recur­sos limi­ta­dos y un entorno polí­ti­co desa­fian­te, ofre­cen lec­cio­nes valio­sas para la indus­tria de la moda actual.

A medi­da que con­ti­nua­mos lidian­do con los impac­tos ambien­ta­les y socia­les de la indus­tria de la moda, los enfo­ques de socie­da­des pasa­das sir­ven como un recor­da­to­rio que las solu­cio­nes sos­te­ni­bles a menu­do sur­gen de luga­res ines­pe­ra­dos.

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Escri­to por David Ferre­ro
mar­zo 28, 2023

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